sala
británico

Al anochecer, cuando bajaba de su habitación, Eva Klabin ocupaba siempre el mismo sillón en la Sala Inglesa, donde recibía a las personas amigas y, después de la cena, permanecía por largas horas oyendo sus compositores preferidos o distrayéndose con el misterio de las novelas policiales de Agatha Christie y Georges Simenon. Junto a los montones de libros de bolsillo que colocaba a su lado, una  bandeja de plata victoriana con vasos, balde de hielo y botella de whisky.

En esta sala, revestida de paneles de cerezo, es posible admirar pinturas de la segunda mitad del siglo 18 inglés, época de oro de la pintura retratista, seguida de cerca por la pintura de paisaje. En esta galería de grandes retratistas, que expresaban en sus obras la elegancia y sofisticación de la época, están Sir Joshua Reynolds, Thomas Lawrence, Lemuel Francis Abbot, George Romney y Thomas Gainsborough, autor también de un paisaje que se intercala entre los retratos.

Merecen destacarse dos vitrinas. La primera abriga la rara colección de tanagras – estatuillas de terracota, descubiertas en excavaciones hechas en la ciudad griega del mismo nombre, en el periodo helenístico (siglos IV a.C. a I d.C.). En la segunda, se alinean los delicados jarrones de vidrio, dichos romanos, oriundos de las excavaciones arqueológicas de la cuenca del Mediterráneo.

Otras dos vitrinas, organizadas después del fallecimiento de la coleccionadora, reúnen, respecto a los orígenes y tradiciones religiosas de la familia Klabin, piezas de plata para los rituales judaicos: la placa de Tora, y; candeleros de ocho llamas, menorah para la fiesta de Hanukah; la Hanukiah, una especie de tabernáculo en plata, donde se guardan tres bendiciones para ser rezadas en las ocho noches de la conmemoración de la Fiesta de las Luces y  tres bellos cálices alemanes con tapadera – objetos de Europa central.

Dignos de mención igualmente: el lustre veneciano de estaño con seis brazos, del periodo barroco; la consola rococó austriaca de madera dorada; y el espejo italiano con moldura barroca, también de madera entallada y dorada. Sobre la consola, un elegante reloj de péndulo estilo Luis XVI, con caja de madera revestida de tortuga y decorada con incrustaciones de bronce.