colección
italiana

La Colección Italiana se concentra en la Sala Renacimiento. El movimento que dio nombre a la sala, Renascença o Renacimiento, comenzó en Italia, ganó poco a poco toda Europa, en el siglo 15 y parte del 16, y intentó rescatar para la cultura europea los valores formales y espirituales de la Antigüedad greco-romana, proponiendo el descubrimiento del hombre y del mundo bajo nueva perspectiva.

Entre las pinturas merecen destacarse: Madona, Niño y San Juan Bautista, atribuida al círculo florentino de Botticelli (1444-1510) y, como se trata de uno de los temas preferidos de la coleccionadora, hay otros ejemplares de Madona con Niño, manifestaciones de pintores renacentistas de las escuelas Sienense, Florentina y Lombarda.

El gran Retrato de Nicolaus Padavinus, miembro del Consejo de los Diez de Venecia, de Tintoretto (1518-1594), representa el periodo manierista; Sagrada Familia con San Juan Bautista, del pintor genovés Bernardo Strozzi (1581-1644) centra el periodo barroco.

Dentro de las esculturas se destacan las de la escuela florentina: Madona, de Benedetto da Maiano (1442-97), con contorno de cerámica vitrificada de Andréa della Robbia (1435-1525); dos Anjos de Luca della Robbia (1400-82); Madona de los niños traviesos, en terracota policromada, del maestro del mismo nombre (primer cuarto del siglo 16); busto de Madona y Niño, del taller de Lorenzo Ghiberti (1370-1455).

Los relieves importantes son los de madera, Madona con Niño envuelto en pañales, de Donatello (1386-1466) y la Asunción de Santa María Magdalena, de un maestro florentino del primer cuarto del siglo 16.

Del siglo 17: Marte, bronce atribuido a Giambologna (1524-1608), representando el dios de la guerra, recuerda que Italia es la cuna también de las primeras manifestaciones del barroco; y Niños pescando, de Giovanni Francesco Romanelli (1610-1662), es la pintura que guarnece una de las paredes del dormitorio de Eva Klabin.

El expresivo Niño rezando (siglo 19), del pintor veneciano Pietro Roi, se encuentra en el boudoir.

Integran aun la colección objetos de materiales variados como los almireces de bronce, la copa renacentista de pórfido en forma de concha, dos cajas de madera dorada con frisos de pastiglia, objetos de culto religioso cristiano, el jarrón en forma de ánfora y los platos de mayólica de la manufactura de Urbino.

Diversos ejemplares del mobiliario del periodo renacentista – arcas, mesas, grandes y pequeños armarios, sillas y bancos – acentúan el predominio del espíritu del  Renacimiento en la Colección  Italiana de Eva Klabin.