Rui
Chafes


NOCTURNO
7ª Edición
26 de octubre al 16 de diciembre de 2007

Extracto del texto de la exposición. El texto completo está disponible en portugués y en inglés

Lo imaginario insólito de la forma en las esculturas de Rui Chafes, así como el uso de la palabra en sus títulos suscitan en el espectador una identificación silenciosa e inmediata. Tanto los títulos cuanto las formas extraordinarias de sus esculturas son como apariciones que traducen el espíritu de nuestra época por una identificación que no es posible que sea enunciada. La identificación con sus obras se da porque tanto sus títulos, como, por ejemplo, Suave e indulgente oscuridad (Suave e indulgente escuridão) o El estrecho espacio que separa la amabilidad de la saciedad (O estreito espaço que separa a amabilidade da saciedade), cuánto sus imágenes son tratadas como fragmentos. O sea, son como recortes de cuestiones mayores que nosotros, pero que nos hablan de forma directa, como si fuesen destinadas específicamente a nosotros. Es una capacidad de síntesis poderosa – una casi epifanía – capaz de crear imágenes que resumen la percepción del sentido de nuestra época, sin que consigamos especificar exactamente el porqué.

A este proceso llamo de identificación: el momento en que las palabras ceden el lugar a la imagen. Los títulos en la obra de Rui Chafes tienen la función de preparar el territorio de la imagen. Crean una predisposición perceptiva para que podamos percibir la diferencia. Ellos llaman la atención para la intención del artista, que está explicita en la obra, pero que muchas veces el material camufla. Lo que hace que se vea son las palabras, las imágenes crean presencias que se remiten a las palabras, cerrando un círculo.

Si es cierto que no es posible reducir las palabras a las cosas, que son incomunicables porque irreductibles unas a las otras, podemos, entretanto, percibir que en el orden del arte la identificación establece un flujo entre palabras e imágenes. Ese flujo es posible cuando no hay ninguna preocupación descriptiva; las palabras no pretenden dar cuenta de la imagen, ni las imágenes pretenden dar cuenta de las palabras. La genialidad de Rui Chafes está en sacar partido de este hecho.