Pablo
Vivacqua


VISITA

5ª Edición
29 de septiembre al 03 de diciembre de 2006

Extracto del texto de la exposición. El texto completo está disponible en portugués y en inglés

El espacio bidimensional acoge con precisión el pensamiento linear implícito en nuestra forma de mirar – la misma que la perspectiva solicita para veamos una obra de arte. Cuando se penetra en la profundidad del espacio se accionan otras formas de percepción para más allá de la visión. Pasamos a tener de lidiar con todos nuestros sentidos.

El sonido en la obra de Paulo Vivacqua no es una banda sonora para la casa museo de Eva Klabin. Al puntuar la casa con sonido, está creando un conductor para la mirada al mismo tiempo que nos invita a penetrar en la profundidad del espacio. Él no está ilustrando, pero tejiendo una narrativa que deberá ser completada por nuestra imaginación y sensibilidad. Su interferencia es sutil y tiene la misma densidad de propósito del último acto de la vida de Eva Klabin, que fue el de musealizar su existencia. La invitación de ambos es clara: entren y participen de mi universo personal; entren y creen sus narrativas. Visiten. Por eso, Visita.

La obra de Paulo Vivacqua, así como nosotros, visita la colección y se porta como tal. Respeta los espacios y la lógica expositiva de la fundadora, sugiriendo desvíos, puntuaciones y comentarios. El artista utiliza su obra como un hilo conductor de susurros que nos guían en la profundidad del espacio de esta residencia. Sus sonidos y silencios son como revelaciones de secretos que nos permiten ver mejor la colección. Al transformar el sonido en obra visual, Paulo Vivacqua nos indica un universo en ebullición constante de sentidos y de los sentidos. El sonido, que nos dá la dimensión de profundidad que la imagen virtual nos robó, nos ayuda a notar la espesura de la realidad como ejercicio constante de una metafísica de la inmanencia.