Marcos
Chaves
I ONLY HAVE EYES FOR YOU
17ª edición
02 de septiembre al 10 de noviembre de 2013
Extracto del texto de la exposición. El texto completo está disponible en portugués y en inglés
Marcos Chaves se aproximó a la Fundación Eva Klábin (Fundação Eva Klabin) como si quisiera libertarla de la extrañeza provocada por las clausura de las capas del tiempo que fueron sobreponiéndose a lo largo de los años, por el acumulo de objetos de arte de varias épocas y por el número de años que la propietaria está ausente de esta residencia, atribuyéndole un aire de presencia ausente que pesa en el imaginario de aquellos que aquí entran. El artista deseó primero dar levedad a la casa museo, haciendo una especie de lavado espiritual, lo que, de cierta manera, es una de las intenciones del Proyecto Respiración (Projeto Respiração), cuando propone oxigenar la casa al presentarla con el arte de nuestro tiempo, introduciendo otro aire capaz de darle nueva vida.
En la obra Sólo tengo ojos para tí (I Only Have Eyes for You) (Só tenho olhos para você), título retirado de la canción de All Dubin y Harry Warring, de 1934, que puede ser escuchada en la grabación de Art Garfunkel en el dormitorio de Eva Klabin, y que da título a la exposición, por ejemplo, Marcos Chaves instaura una circularidad de miradas que comienza con su mirada sobre Eva Klabin y culmina con el público viendo, a través de su mirada, la casa y la colección. En esta obra los ojos de Nicolaus Padavinus, pintado por Tintoretto, se iluminan de tal manera que establecen un intercambio casi íntimo de miradas entre el retratado (o Tintoretto) y la cama de la coleccionadora (o Eva Klabin).
Esta manera directa de tratar la realidad indica una forma de transparencia que evidencia que el misterio del mundo no se esconde; que la metafísica es inmanente a lo real y que los artistas son seres capaces de transmitir esto. Marcos Chaves, a través de juegos semánticos, extrae visibilidades de las palabras y, de esta manera, redistribuye la imagen en una nueva realidad, evidenciado que incluso aquello que nos parece obvio y banal lleva consigo una riqueza que puede nos pasar desapercibida.