comedor

El mobiliario medieval da austeridad al ambiente, compuesto de piezas francesas del siglo 15, periodo gótico tardío, oriundas de la colección de la anticuaria austriaca, residente en la Argentina, Paula de Koenigsberg, expuestas en 1947, en el Museo Hispanoamericano de Buenos Aires. Sobresalen el revestimiento de las puertas, la boiserie de cinco nichos transformada en vitrina para guardar la platería predominantemente inglesa del periodo georgiano al victoriano, y el gran arcón gótico. Sobre este mueble, se encuentran una sopera y platos de porcelana de la Compañía de las Indias, modelo “hoja de tabaco” y dos imponentes candelabros de plata inglesa, época de George IV, con marcas y contrastes de Robert Garrard, platero londinense del siglo 19.  

Iluminada por lustre holandés de bronce de muchas velas, la mesa colonial de Minas Gerais con cajones, adornada con media docena de candeleros en forma de columnas corintias y dos grandes soperas, todos de plata inglesa del siglo 18, tiene a su alredor diez sillas de respaldo alto, forradas con tejido de estampería heráldica. Otra visión tiene cuando ella está colocada, guarnecida de toalla rosa bordada con flores blancas, realzando el servicio de fina porcelana de Limoges, la cubertería inglesa de plata dorada y los cristales Baccarat, recuerdo de las cenas de Eva Klabin.

Sobre la pequeña cómoda de puerta doble, la escultura de madera, Grande Dame, también del periodo gótico tardío, representa una figura de castellano, que trae en la cabeza un tocado de Borgoña.

En las paredes, dominan maestros holandeses y flamencos del siglo 17, el “siglo de oro de Holanda”, que propició las artes, el desarrollo de la pintura de caballete, adecuada para decorar las casas de los ricos burgueses. El mayor cuadro, en la pared del fondo, es el retrato de un  Magistrado rodeado de libros, de 1654, con firma de Govaert Flinck (1615-1660). Los demás, una naturaleza muerta y varios paisajes, son de pintores como Pieter Steenwyck, Willem Dubois, Glauber, Herman Nauwincx, Hercule Seghers y Philips Wouwerman.

Llama la atención el gran tapete floral, tipo Kirman, rico en detalles y colorido, con firma y fecha dentro de un cartucho, probablemente del comienzo del siglo 20.